viernes, 4 de mayo de 2018

5 de mayo

15 cosas sobre la Batalla de Puebla

¿Celebras el cinco de mayo en familia? Hoy existen diversas celebraciones en Estados Unidos y México para conmemorar la Batalla de Puebla. Estas son algunas cosas que puedes explicar a los niños para que entiendan y aprendan un poco más sobre el Cinco de Mayo.
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1. Esta fiesta celebra una victoria del ejército mexicano sobre el ejército francés que tuvo lugar el 5 de mayo 1862.
2. La batalla se llamó la Batalla de Puebla, ya que se produjo en la ciudad mexicana de Puebla.
3. En esta batalla, el ejército mexicano fue superado en número. Francia fue también mejor preparado con armas y una mejor formación.
4. Los franceses estaban invadiendo México debido a que el gobierno mexicano le debía dinero al gobierno francés.
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5. En total, los franceses atacaron y se retiraron tres veces antes de que el ejército mexicano, bajo el mando del general Ignacio Zaragoza, finalmente ganara la batalla.
6. Después de que los mexicanos ganaron la batalla, el presidente de México, en el momento, Benito Juárez, declaró que este día seria siempre recordado.
7. A pesar de esta victoria, los mexicanos no ganaron esa guerra. Los franceses volvieron más tarde a el país con más soldados y se hizo cargo de la capital de México.
8. Los indios Zacapoaxtla intervinieron en esta batalla.
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9. El Cinco de Mayo no es un día de fiesta nacional en México.
10. El Cinco de Mayo en realidad es más popular en los Estados Unidos que en México.
11. Las élites que vivían en Puebla esperaban que ganaran los franceses. De hecho algunos lugares que servían comida ofrecían menús en francés.
12. Algunas personas piensan que el Cinco de Mayo es el Día de la Independencia de México, pero no lo es. El Día de la Independencia de México sucede el 16 de septiembre.
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13. Cada año, el Cinco de Mayo se celebra con fiestas, festivales, carreras, desfiles, reuniones familiares, comidas, bailes, conciertos, discursos, representaciones de batallas, y más. La fiesta más grande de todo México se realiza en la ciudad de Puebla.
14. Si estas buscando un lugar para celebrarlo en los EE.UU., entonces es posible que desees ir a Los Ángeles. Una gran fiesta se produce allí, cada año, en las afueras de la ciudad.
15. Los platos más populares para comer en el Cinco de Mayo incluyen cosas como guacamole, mole, tortillas, salsa, arroz, e incluso bebidas especiales.

jueves, 3 de mayo de 2018

El mago de Oz

El mago de Oz
El mago de Oz y Dorita son tal vez algunos de los personajes más famosos de la literatura y el cine. Seguramente te has enterado de esta historia por el cine, pues la película musical fantástica norteamericana El mago de Oz (1939), fue vista por millones de espectadores y se ha convertido en un clásico del séptimo arte, aunque inicialmente fue pensada como una cinta infantil. Lo que convierte a las piezas de arte en clásicos es precisamente su conexión con la realidad y su resistencia al envejecimiento. Quienes regresamos al filme podemos comprobar que la historia del mago de Oz y Dorita continúa ofreciéndonos una enseñanza sobre el amor y la amistad que podemos aprovechar para nuestra vida actualmente en el siglo XXI.

El mago de Oz en libros y películas

No obstante, muchos no saben que realmente el filme El mago de Oz se basa en un libro El maravilloso mago de Oz, escrito en el año 1900 por el norteamericano Lyman Frank Baum e ilustrado por W. W. Denslow. La costumbre de la industria cultural de tomar historias de la literatura y llevarlas a la gran pantalla es muy antigua. Clásicos del cine como Blancanieves, Caperucita roja, La Bella y la Bestia, Hansel y Gretel… nacieron de la pluma de escritores y luego pasaron por el filtro del público. Una vez que los lectores dieron el visto bueno a las historias, hasta convertirlas en éxitos de ventas, los productores y directores de cine apostaron por un producto seguro. Recordemos que la industria del entretenimiento se basa en el reciclaje de historias: toma las palabras y las convierte en imagen y sonido. Esa es la magia del andamiaje del show business.
En el caso del filme El mago de Oz (1939), los estudios de cine norteamericanos Metro-Goldwyn-Mayer no se equivocaron al escoger esta historia que toca la fibra de los televidentes, incluso tantos años después. ¿Sabes por qué muchos siguen admirando la historia de Dorita? Pues porque esta hermosa niña era tan dulce, a pesar de tener una historia de vida complicada que inspira mucho amor. La protagonista de la novela infantil y la película era huérfana, por lo cual, vivía con sus tíos. Además, la acompañaba todo el tiempo una mascota que era muy amorosa: el perro Totó. La historia comienza cuando la niña es arrastrada cielo arriba por un tornado que aparece de la nada. Ante la vista sorprendida de sus tíos, la nena y su mascota se alejan sin dejar rastro de su paradero. Es así como Dorita y Totó llegan a una tierra donde la fantasía es la reina y señora. Si lees el libro sabrás cómo es la vida de la niña cuando se hace amiga de un hombre de hojalata, un espantapájaros, un león y otros seres increíblemente pintorescos. Este grupo de personajes gracioso tiene una gran cantidad de aventuras increíbles que harán que te diviertas muchísimo.

Un largo camino y unos amigos nuevos

Cuando Dorita se vio fuera de la casa de sus tíos sintió miedo, porque nunca había estado sola por tanto tiempo y tan lejos. Entristecida con la idea de no poder ver nunca más a los únicos familiares que le quedaba en la vida, la niña desesperada pidió un deseo: encontrar el camino a su hogar. Para lograrlo, la protagonista y su mascota fueron a ver al único personaje que podía resolver semejante situación alocada: el mago de Oz.
Durante el recorrido que la niña y el perro emprendieron para conocer al ser que los sacaría de apuros ambos se encontraron con una serie de personajes conforman la historia de este cuento. En primer lugar se toparon con un espantapájaros que necesitaba un cerebro. Luego, un hombre de hojalata que rogaba por un corazón. Por último, estaba en el camino un león muy cobarde, que se sintió intimidado por el perrito de Dorita. Como notarás, cada uno de los personajes tenía un deseo muy fuerte que querían satisfacer para ser felices. Todos emprendieron juntos el camino, esperando que el famoso mago de Oz los ayudara.
Luego de innumerables aventuras cada uno de ellos conquistó sus metas, volviéndose más fuertes y confiados en sí mismos. ¿Quieres saber cómo termina la historia? Pues Dorita despierta de un sueño y se da cuenta de que todo es producto de su imaginación.

El mago de Oz

En una granja de Kansas es donde sucede esta historia. Se trata de Dorita, una niña que junto a su perro Totó fue atrapada por un tornado y trasladada hasta tierras muy lejanas.
Para sorpresa de Dorita había llegado a un mundo poblado por seres extraños. ¡Tenía que encontrar el camino a su casa! Así fue preguntando cómo hacerlo hasta que un hada le recomendó consultar al mago de Oz.
¿Cómo hallarlo?-Sigue el camino de las baldosas amarillas-le dijo el hada.
En el recorrido para llegar hasta el mago de Oz, Dorita y su perro Totó se encontraron a un espantapájaros que clamaba por tener un cerebro. Al no poder ayudar a su nuevo amigo, la niña lo invitó a caminar juntos para encontrar al mago y pedirle un consejo.
También se les unió un hombre de hojalata. Este se encontraba triste porque quería un corazón y no encontraba la forma de solucionar su problema. Más tarde, hallaron a un león que a diferencia de los de su especie era miedoso. Entonces, le invitaron a ver al mago de Oz para que este le ayudara.
Después de mucho andar y vivir muchas aventuras, Dorita, Totó, el espantapájaros, el hombre de hojalata y león llegaron al país del mago de Oz donde fueron recibidos por un guardián. Tras preguntar qué quería, los dejó pasar.
El mago de Oz escuchó atentos los deseos de sus visitantes y les dijo que los ayudaría si vencían a una bruja que causaba muchas molestias a su reino. Los nuevos amigos aceptaron.
A salir para cumplir su encomienda, los cinco amigos pasaron por un campo de amapolas y el aroma de estas flores los durmió. Tal situación permitió que unos monos, mensajeros de la bruja, los atraparan y llevaran con la malvada.
Por casualidad, y debido a su miedo, cuando Dorita vio a la bruja le lanzó un cubo de agua a la cara. Tal acción hizo que la bruja se volviera un charco de agua. Y es que esa era la solución para terminar con los hechizos que habían azotado al país del mago de Oz.
Al morir la bruja, el hombre de hojalata, el león y el espantapájaros vieron cumplidos sus deseos. Sin embargo, Dorita y Totó no había podido regresar a su granja en Kansas.
La curiosidad de Totó hizo que Dorita descubriera que el mago de Oz era un anciano que deseaba retirarse a un lugar donde pudiera retirarse. Dorita lo siguió en esta travesía y juntos emprendieron un vuelo en globo.
La travesía cambió su rumbo cuando Totó se cayó del globo y ella saltó tras él. Mientras caía, Dorita somó con sus amigos y escuchó como el hada le decía que pensara en lo bien que se estaba en el hogar.
La niña pensó con todas sus fuerzas:-No hay lugar más feliz que la casa propia.
Al abrir sus ojos se encontró otra vez en Kansas. Escuchó la voz de sus tíos y corrió a abrazarlos. Dorita solo había estando soñando pero vivió en ese mundo de fantasía una experiencia inolvidable.

jueves, 26 de abril de 2018

Los tres ogros


Cuento infantil Los tres ogros
Había una vez, un niño laborioso y bueno de nombre Iker. Junto a su padre, el pequeño Iker despertaba cada mañana con los primeros rayos del Sol para regar las flores del jardín y escoger las rosas más hermosas y esbeltas. Cuando completaba una buena cantidad de rosas, las entregaba a su padre y quedaba despidiéndole mientras éste se marchaba a la ciudad para venderlas o cambiarlas por pan fresco.
Cierto día, Iker despidió a su padre como de costumbre con la esperanza de verle regresar al caer la tarde. Pero esto nunca sucedió, y el niño pasó la noche sollozando y pensando en las barbaridades que podía haberle ocurrido a su padre. A la mañana siguiente, decidió salir a buscarlo, pero antes cogió un jolongo pequeño y lo llenó con una vieja soguilla y un tarro de mermelada de calabaza blanca.
Tras abandonar su casita, anduvo caminando el pequeño Iker por largo rato hasta topar con un viejo cuervo que le miraba desde lo alto de un árbol.
– ¿A dónde vas tan solo y desalmado, muchacho? – preguntó el ave acurrucado en las ramas.
– Estoy buscando a mi padre que partió desde ayer a vender rosas y aún no ha regresado a casa. ¿Le habrás visto por casualidad?
– Pues sí que le he visto. Andaba de regreso cuando se extravió en el bosque maldito.
– ¡Pobre! Iré a buscarlo en este instante – exclamó Iker desesperado.
– No deberías, muchacho – graznó agitando sus alas el cuervo – En el bosque habitan tres ogros espantosos y feroces que devoran a los niños. ¡Jamás saldrás con vida de ese lugar!
Pero el niño no hizo caso a las advertencias del cuervo, y se adentró rápidamente en las fauces del bosque. “¡Papá!”, “¡Papá!”, gritaba con toda la fuerza de su pecho, mientras caminaba de prisa entre los árboles. Al llegar a un claro del bosque, decidió sentarse a descansar, y en ese preciso instante le sorprendió una horrible bestia por la espalda.
– ¡Tú! ¡Niño! ¿No sabes que este bosque está maldito? – vociferó la bestia con una voz aguda y tenebrosa.
– Si está maldito como dices ¿Qué haces tú por aquí? – preguntó el pequeño Iker.
– Soy un ogro, el más pequeño de mis hermanos. Vivimos aquí en el bosque y devoramos a todo el que se atreva a llegar a este lugar.
– Pues yo estoy en busca de mi padre ¿Le habrás visto de casualidad?
El ogro, al notar que el niño no se asustaba con su presencia, quiso tragárselo de un instante, pero en cambio, decidió someterlo a una prueba que le sería imposible de realizar.
– Niño. Antes de decirte dónde está tu padre, deberás hacer algo por mí.
– Dígame usted, señor ogro – respondió Iker fríamente.
– ¿Ves ese hoyo de allí junto a las rocas? – dijo el ogro frotándose las manos con malicia – Es un pasadizo que conduce a las profundidades del infierno, donde crecen unas flores de fuego que queman con solo tocarlas y dejan ciego a todo infeliz que las mire fijamente. Tráeme una de esas y te diré dónde está tu padre.
Cuento para niños Los tres ogros Iker se dio cuenta que el ogro le había tendido una trampa y que jamás lograría salir con vida de un lugar tan terrible como el infierno, así que sacó la vieja soguilla de su jolongo, y sin que el ogro le viera, la ató al tronco de un árbol en uno de sus extremos y se enroscó el otro a su cintura. Luego recogió un puñado de larvas de luciérnagas y un enorme girasol, y se lanzó por el hoyo mientras el ogro se reía con estruendosas carcajadas.
Desde el interior del hoyo, Iker esperó a la caída de la tarde, pues sabía que los girasoles son flores que se cierran en la noche. De esa manera, tan pronto la planta comenzó a encoger sus pétalos al centro, el niño colocó las larvas de luciérnagas en su interior y subió a toda prisa por la soga hasta la superficie.
– ¡Aquí tienes tu flor, ogro! – gritó animado el pequeño Iker mientras mostraba una flor fosforescente que iluminaba la cara sorprendida del ogro.
– ¡Imposible! – balbuceó la bestia – ¿Cómo lo has conseguido?
– Ha sido muy fácil. Pero ahora debes decirme dónde está mi padre.
– Te lo diré niño. De seguro te lo diré. Mi hermano mayor ha decidido llevárselo para cocinarlo en su fiesta de cumpleaños dentro dos días. Debes apresurarte.
Pensando lo peor, Iker continuó avanzando por los tenebrosos parajes del bosque hasta quedarse completamente dormido, y sólo se despertó con un rugido terrible que retumbaba en su oído. Al abrir los ojos, descubrió otro ogro frente a él, uno gordo y de aspecto repugnante que acariciaba su enorme panza.
– ¡Mmm! – pronunció saboreándose los labios mientras miraba a Iker de arriba abajo – Esta noche me comeré un niño entero.
– No creo que puedas comer tanto – alcanzó a decir el pequeño poniéndose de pie al instante.
– ¿Cómo dices, atrevido? ¡Nadie come tanto como yo! – gritó el ogro furioso.
– Pues sí que te lo demostraré. ¿Has visto que a la Luna le falta un pedazo? – señaló Iker apuntando a la medialuna del cielo – Pues me lo he comido yo.
– ¡Charlatán! – chilló la bestia abriendo los ojos enormes – Te comeré por mentiroso.
– Antes permítame demostrárselo, señor ogro. Veámonos mañana en este mismo lugar, y podrá comprobar que me habré comido el resto de la Luna.
– Estupendo, y si no cumples te tragaré de un bocado – sentenció el ogro.
El valiente niño no se desesperó. Como buen conocedor de las fases de la Luna, sabía perfectamente que tras el cuarto menguante, llegaría la Luna Nueva al próximo día, y el astro no se vería en todo el cielo. Entonces, y justo como habían acordado, quedaron aquella noche Iker y el ogro. Minutos antes, el niño había cubierto su boca y sus cachetes con la mermelada de calabaza blanca que llevaba en el jolongo.
– Ya estás aquí niñato, prepárate a rellenar mi panza con tu carne suculenta.
– Un momento, bestia – protestó Iker alzando sus brazos al cielo – ¿No has visto acaso que no hay Luna en el cielo? Mira, si hasta me he dejado las sobras por toda la cara y, ¿La verdad? Ha estado tan deliciosa que no pude guardarte nada.
– ¡No lo puedo creer! ¡Qué estómago tienes, diablillo!
– Pues para que vea, me he quedado con hambre aún, y se me ha antojado un ogro gordinflón así como tú. Así que, si no quieres que te devore yo a ti, dime dónde está mi padre, y dímelo en este instante.
– ¡No, por favor! Yo te lo digo, de seguro te lo digo. Mi hermano se lo ha llevado para celebrar mañana su fiesta de cumpleaños. Apresúrate.
Sin perder un segundo, Iker anduvo toda la noche en el camino indicado por el ogro. De tanto andar y andar, el cansancio se apoderó de su cuerpo, y quedó atrapado en un profundo sueño. Con los primero rayos del Sol fulgurando en su rostro, el niño despertó lentamente hasta lograr ver dos piernas enormes y verdes ante sus ojos. Alzando la vista, llegó a contemplar frente a él al tercero de los ogros, el más descomunal y horripilante de todos.
– ¡Vaya, vaya! – dijo la bestia con una voz espantosa – ¿Pero qué tenemos aquí?
– Por favor, señor ogro, devuélvame a mi padre – rogó el niño.
– Lo he puesto en una caldera a fuego lento, y sólo si logras vencerme en una carrera podrás llegar a tiempo para salvarlo. Pero nadie es tan veloz como yo.
En efecto, una carrera con aquel ogro enorme y robusto era imposible de ganar. Así que el pequeño Iker, utilizó su astucia para poder derrotar al ogro y tras pensarlo rápidamente, le dijo:
– Pues, sepa usted señor ogro, que no pienso competir con alguien al que le pueden ganar fácilmente.
– ¿Qué disparates dices, niño? Soy el más ágil de este bosque. ¿A quién conoces tú que se atreva a enfrentarme?
– Pues a ese de ahí – respondió Iker señalando la propia sombra del ogro – Apuesto a que no logras alcanzarle ni medio pelo.
– ¡Hecho! Y tan pronto le gane, te lanzaré a ti a la olla caliente junto a tu padre.
Dicho aquello, el ogro se lanzó a toda velocidad. Pero Iker sabía que en las primeras horas de la mañana, el sol nos da una sombra estirada e inclinada, por lo que el ogro nunca lograría sobrepasar su propia silueta. Cada vez más enfurecido, la bestia apretaba el paso, y todo el bosque retumbaba con sus zancadas. Enceguecido de ira, el ogro no notó que el camino terminaba en un abismal desfiladero, y cuando vino a darse cuenta, ya era demasiado tarde. Su monstruoso cuerpo se lanzó al vacío, dejando un alarido de dolor hasta apagarse en la lejanía.
Liberado del peligro, Iker corrió a casa del ogro para socorrer a su padre, quien ya se encontraba a punto de ser cocinado. Luego de apagar el fuego, ayudó al pobre hombre a salir de la olla y quedaron por un momento atrapados en un emocionante abrazo. Finalmente, partieron apresurados a casa, sanos y salvos, y más nunca volvieron al terrible bosque.
César Manuel Cuervo

jueves, 19 de abril de 2018

¿Por qué los perros se huelen la cola?

¿Por qué los perros se huelen la cola?

Leyenda ¿Por qué los perros se huelen la cola?

Adaptación de una antigua leyenda de México

En un pueblo de Centroamérica existe una vieja leyenda que cuenta que hace muchísimos años, los perros se sentían muy tristes. Según esta historia, los cachorritos, desde que nacían, se comportaban de manera bondadosa  con los humanos, les ofrecían su compañía sin pedir nada a cambio y siempre trataban de ayudar en las tareas del campo hasta que la vejez se lo impedía.
Desde luego, los hombres y mujeres de las aldeas no podían quejarse, pues no había en el mundo amigos más fieles y generosos que ellos
La razón de su desconsuelo  era que, a pesar de todo eso, algunas personas los trataban mal y no les daban ni un poco de cariño. Con toda la razón, consideraban que merecían un trato más digno y respetuoso por parte de la raza humana.
Un buen día, varias decenas de perros se reunieron en un descampado para poner fin a esa  situación tan injusta. Hicieron un gran corro y debatieron largo y tendido con el fin de encontrar una solución. Después de deliberar y estudiar los pros y los contras, llegaron a una conclusión: lo mejor era pedir ayuda al bueno y poderoso dios Tláloc. Él sabría qué hacer y tomaría  medidas inmediatamente.
Redactaron una carta para entregársela al dios y el perro más anciano la firmó en nombre de todos. Después, se hizo una votación. Salió elegido un perro negro de cuerpo musculoso y famoso por tener muy buen olfato para llevar a cabo la importante misión: recorrer cientos, quizá miles de kilómetros, hasta encontrar al dios Tláloc y entregarle el mensaje.
¡Qué orgulloso se sintió el joven perrito de poder representar a su comunidad y de que todos confiaran en sus capacidades! Sin embargo, cuando estaba listo para partir, surgió un pequeño problema: ¿Dónde debía guardar la carta?
En las patas era imposible porque necesitaba las cuatro para caminar día y noche; tampoco podía ser en el hocico, ya que el papel  llegaría húmedo y además tendría que soltarlo cada vez que quisiera comer o beber ¡El riesgo de perderlo o de que se lo llevara el viento era muy alto!
Al final, todos se convencieron de que lo mejor sería que guardara la carta bajo la cola, sin duda el lugar más seguro. El perro aceptó y se despidió de sus amigos con tres ladridos y una sonrisa.
Desgraciadamente, han pasado muchos años desde ese día y el pobre perro aún no ha regresado. Se cree que el dios vive tan lejos que todavía sigue caminando sin descanso por todo el mundo, decidido a llegar a su destino.
Después de tanto tiempo,  sucede que  los demás perros  ya no se acuerdan muy bien de su cara ni del aspecto que tenía; por eso, cuando un perro se cruza con otro al que no conoce, le huele la cola para comprobar si esconde la vieja carta y se trata del  valeroso perro negro de cuerpo musculoso y buen olfato que un buen día partió en busca del dios Tláloc para pedirle ayuda.

La nuez de oro

La nuez de oro

La nuez de Oro
Había una vez una niña de nombre María, que tenía los cabellos negros como la noche. La hermosa María gustaba de pasear por el bosque y conversar con los animales. Cierto día, encontró en el suelo una nuez de oro.
“Un momento, niñata. Devuélveme esa nuez, pues me pertenece a mí y nadie más”. Al buscar el lugar de dónde provenía la voz, la niña descubrió un pequeño duende que agitaba sus brazos desde las ramas de un árbol.
El duendecillo vestía de gorro verde y zapatillas carmelitas y puntiagudas. Sus ojos verdes y grandes miraban a la niña fijamente mientras repetía una y otra vez: “Venga, te he dicho que me regreses esa nuez de oro que es mía, niña”.
“Te la daré si me contestas cuántos pliegues tiene esta nuez en su piel. Si fallas, la venderé y ayudaré a los niños pobres que no tienen nada que comer”, contestó la valiente niña enfrentando la mirada del duende. “Mil y un pliegues” contestó la criatura mágica frotándose las manos.
La pequeña María, no tuvo entonces más remedio que contar los pliegues en la nuez, y efectivamente, el duende no se había equivocado. Mil y una arrugas exactas, tenía aquella nuez de oro. Con lágrimas en los ojos, María la entregó al duendecillo, quien al verla tan afligida, ablandó su corazón y le dijo: “Quédatela, noble muchacha, porque no hay nada tan hermoso como ayudar a los demás”.
Y así fue como María pudo regresar a casa con la nuez de oro, alimentar a los pobres de la ciudad y proveerles de abrigos para protegerse del crudo invierno. Desde entonces, todos comenzaron a llamarle tiernamente “Nuez de Oro”, pues los niños bondadosos siempre ganan el favor y el cariño de las personas.

jueves, 29 de marzo de 2018

El perro cazador y su amo

Había una vez un perro cazador cuyo orgullo era servir a su amo.
Cada día ambos dejaban temprano en la mañana la cabaña en la que habitaban y se adentraban en el bosque en busca de las mejores presas que les permitieran alimentarse y vivir un poco de la venta de carne.
El perro era tan diestro en lo suyo, que por jornada ubicaba al menos tres o cuatro presas para su amo; una para comer ellos y otras tres para vender.
El amo estaba más que orgulloso de la habilidad de su perro para el trabajo. Tenía tan buen olfato y era tan veloz ubicando y atrapando a la presa, para que luego él la rematase, que era imposible que desease algún otro chucho en el mundo.
Sin embargo, nadie ni ninguna suerte escapan al paso del tiempo.
Lamentablemente los perros, a pesar de ser el mejor amigo animal del hombre, no duran tanto como este, y entre una década y 15 años sus habilidades y vida van mermando y apagándose.
Así, el perro cazador de nuestra historia veía como cada mes que pasaba tenía menos habilidad para la faena diaria.
Su olfato no detectaba presas buenas a la misma distancia que antes, su velocidad tampoco era la misma y para colmo su visión y sus mordidas no eran tan sagaces ni fuertes respectivamente como antaño.
Por este motivo la cantidad de presas iba en decadencia.
Durante todo un año dejaron de ser cuatro para ser tres, al siguiente dos y durante el último par de años tanto él como su amo debían conformarse con solo una.
El dueño del can percibía que su chucho no era el mismo, pero asociaba esta disminución más a la fortuna y la mala suerte que a otra cosa. Para colmo de males, el tamaño y composición de las presas también iba en decadencia.
Y es que el perro cazador más no podía hacer. Sus huesos se resentían cada vez que emprendía una carrera y sus músculos dolían cada vez que se batía con una presa para que luego viniese el amo a rematarla.
Cuento: El perro cazador y su amo
La mala fortuna o la carencia de éxito en las jornadas de caza siguieron acrecentándose.
Hubo una semana incluso en la que nada pudieron cazar y la pobreza extrema comenzó a invadir la cabaña del perro y su amo.
Para hacer frente a esta situación el amo decidió salir un día más temprano aún que de costumbre.
El perro cazador, consciente de que el paso del tiempo y la mella que este había hecho en él y sus habilidades eran los principales culpables de la dramática situación, salió con el mismo ímpetu de siempre, ese que lo convirtió en su momento en el mejor perro cazador del bosque.
Tras andar unos kilómetros su viejo olfato percibió una presa buena, esa que hacía tiempo no habían podido cazar.
Pensó inteligentemente que si el olor llegaba a su desgastado sentido era porque el animal andaba realmente cerca.
Se concentró todo lo que podía permitirle su cansado cerebro de perro y no perdió la pista. Tras unos metros olfateando llegó a un descampado en cuyo extremo se hallaba un gran jabalí, con tanta carne como para alimentarlos a él y su amo durante una semana, e incluso vender un poco en el pueblo.
Radiante de júbilo el perro asumió la posición de firme típica de los canes cazadores para señalar la dirección en que se ha ubicado una presa.
Al verla, el amo le dio la señal de que fuese a por ella, mientras él cargaba su escopeta de perdigones.
El perro cazador se esforzó nuevamente y sacó fuerzas de donde no las había. Exigió tanto a sus huesos y músculos en una brutal carrera, que estos se resintieron y lo hicieron gemir de dolor.
No obstante, el can sorprendió al jabalí y, haciendo caso omiso del terrible dolor general que lo embargaba, se le lanzó al cuello para derrumbarlo con una poderosa mordida.
Pero sucede que de poderosa nada. La mordida del perro fue bastante inofensiva, debido a que sus dientes estaban muy mellados por el paso inexorable del tiempo.
Por ello, y por mucho que el chucho se esforzó, el jabalí pudo desprenderse y echar a huir, con tan solo una leve herida que no le impediría conservar la vida.
Al ver todo lo sucedido el amo irrumpió en el descampado e increpó al perro.
-Para nada sirves ya. ¿Cómo se te ha podido escapar ese buen jabalí? Nos hubiese venido muy bien. Creo que no me eres útil y constituyes tan solo una carga para mí. Tendré que deshacerme de ti y conseguir otro perro.
Acongojado por estas palabras el otrora perro cazador ripostó:
-Buen amo mío. No me maltrates por ser víctima yo del paso del tiempo. A pesar de estar viejo y de que mis habilidades no son las mismas de antaño, soy en esencia el mismo animal que tan buenas presas te propició y junto al que viviste momentos de buena fortuna. Por tanto, ¿crees que es justo lo que dices?
Las palabras del perro impactaron en el amo, que recapacitó enseguida. Aquello y aquellos que nos han sido útiles en determinados momentos de nuestra vida, no por viejos dejan de ser parte importante y querida de la misma.
Por ello permaneció junto al perro cazador durante el resto de la vida de este y por muchos canes que tuvo después, ninguno fue como aquel que le hizo aprender tan importante lección.

lunes, 26 de marzo de 2018

¿Por qué no hay clases el viernes?


¿Por qué no hubo clases el viernes?
Viernes Santo, o “Good Friday”, como se le conoce en inglés, ocurre dos días antes del Domingo de Pascua. Este es el día que los cristianos conmemoran la crucifixión de Jesucristo, la cual es una parte importante en la fe de los cristianos. No es un feriado federal en los Estados Unidos, aunque si es un feriado estatal en algunos estados.

¿Qué hace la gente este día?
Algunos cristianos van a sus iglesias a un servicio especial o a vigilias para rezar. Ese viernes es un día de reflexión y oración silenciosa para muchos cristianos. Se prenden muchas velas y las estatuas, cuadros, cruces, etc. son envueltos en trapos negro, morado o gris. Algunos católicos toman este viernes como día de ayuno, lo cual quiere decir que no comen nada durante el desayuno o durante todo el día. Mientras que otros observan simplemente no comen carne.

Vida publica
Como ya dijimos, el viernes santo no es un feriado oficial en todo Estados Unidos. De manera que todos los servicios regulares continuaran en su horario normal. Sin embargo, algunos mercados, oficinas, escuelas públicas y universidades cierran el día de viernes Santo.

Base
El viernes santo es el día cuando los cristianos recuerdan la crucifixión y muerte de Jesucristo.
Este día es importante para los cristianos porque representa los sacrificios y sufrimiento de la vida de Jesús. La crucifixión fue la culminación de un número de sucesos de la semana santa, que incluyen el retorno de Jesús a Jerusalén el día del domingo de ramos, el lavado de pies de Jesús a sus discípulos y la última cena.

Símbolos
El crucifijo o cruz, que representa la forma en que Jesús murió, es un símbolo importante visto el viernes santo. Algunas cruces tienen la figura de Cristo. Otros símbolos del viernes santo incluyen ropa negra para cubrir la cruz, los cuadros, las estatuas en las iglesias y algunas casas que significa que llevan el luto.

5 de mayo

15 cosas sobre la Batalla de Puebla ¿Celebras el cinco de mayo en familia? Hoy existen diversas celebraciones en Estados Unidos y México...